La NASA se suma a la batalla contra el cambio climático
La entidad apuesta, junto con la nueva administración estadounidense, por impulsar la investigación contra el cambio climático en las próximas misiones. Esto supone un gran avance para afrontar el desafío climático actual, y un gran paso para las generaciones futuras.
Desde 1960 la observación de la Tierra ha sido el principal menester por la NASA, cuando lanzó TIROS-1, el primer satélite meteorológico en monitorear el clima terrestre desde el espacio. Fundada en 1958 La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA) es conocida internacionalmente por sus méritos espaciales, entre los que destaca llevar al hombre a la Luna o hacer volar el primer helicóptero en Marte. El pasado 3 de febrero nombró a Gavin Schimidt como el primer asesor climático de su historia.
El clima del planeta esta en constante cambio en la actualidad y no es novedad, pero si lo es que la NASA quiera volver a ser protagonista en su estudio. El creciente impulso de los científicos para combatir el calentamiento global unido al apoyo de la nueva administración estadounidense, han llevado a la NASA a revitalizar su papel en la política climática. El aumento presupuestario del gobierno americano permitirá a la agencia avanzar en futuras investigaciones climáticas y luchar contra la crisis climática actual.
“No se puede mitigar el cambio climático a menos que se mida, y esa es la experiencia de la NASA. Comprender nuestro planeta nos brinda los medios para protegerlo mejor» dice la nueva dirección de la NASA.
En lo “inmediato” se espera que en 11 meses la NASA, junto con la Agencia Espacial India, lance el primer satélite capaz de cartografiar el continente antártico en su totalidad. La misión denominada “NISAR” buscará recopilar datos de radar en dos regiones de banda de microondas, las bandas L y S, con el objetivo de medir cambios en la superficie Antártica menores a un centímetro de ancho. De conseguirse, las imágenes obtenidas serán lo suficientemente detalladas como para mostrar cambios locales en la cobertura de hielo marino nunca antes percibidos. En definitiva, esta misión supondrá un gran avance tecnológico para comprender los efectos y el ritmo actual del cambio climático.
Ya en 2022 y casi 2023 la NASA lanzará el satélite “FODA” que servirá para calcular, por primera vez en la historia, el volumen global de agua superficial del planeta. Esta misión suministrará los datos necesarios para conocer el aporte de agua dulce que llega al océano a través de ríos y lagos, los cambios en los humedales y la variación del nivel del mar a escalas anteriormente nunca vistas.
Más adelante en el tiempo, para el 2027, la NASA espera poner en marcha a “LIBERA”: un nuevo instrumento innovador que medirá la radiación solar reflejada por el sistema terrestre, con longitudes de onda entre 0,3 y 5 micrones, y también la radiación infrarroja emitida al espacio exterior por la atmósfera, con longitudes de onda entre 5 y 50 micrones. Las mediciones de esas dos variables permitirán a los científicos cuantificar la energía diaria que sale de nuestro planeta, información crucial para comprender la evolución del clima de la Tierra a lo largo del tiempo.