Latino América es clave en la transición energética
América Latina es clave en la transición energética y tuvo un año récord de nuevas instalaciones de energías renovables en 2021 y se espera que las nuevas incorporaciones sean aún mayores este año. Este fuerte impulso de crecimiento está impulsado principalmente por Brasil, donde el desarrollo del proyecto bajo el sistema PPA continúa trayendo nueva “sangre” a un sector que había impulsado hasta ahora por subastas públicas reguladas.
Sin embargo, es probable que el crecimiento anual en LATAM caiga a 4-5 GW en el período 2023-2026 tras la ralentización de las instalaciones en mercados clave como México y Argentina como resultado de un entorno político poco útil e inestabilidad económica. Colombia se proyecta como el mercado eólico terrestre más grande en esta región después de Brasil, Chile y México.
“Creo que la transición tomará varios décadas”, dice Martin Grisolle, Gerente General de Hunt Oil Perú. “Sé que nosotros escuchar mucho sobre diferentes países o empresas que se comprometen a ser carbono neutral pero no veo cómo el conjunto mundo puede hacerlo rápidamente.
“Tomemos China, por ejemplo. En la actualidad el 62% de la generación de energía proviene de carbón, con aproximadamente un 20% más provenientes de otros combustibles fósiles. El volumen de inversión necesaria para reemplazar el 80% de la generación térmica con energías renovables es imposible de implementar en un corto período de tiempo. Entonces, pasará mucho tiempo antes de que China sea carbono neutral. Tal vez hay un pocas empresas o países europeos que puede convertirse en cero emisiones más rápidamente, pero la mayor parte del mundo necesitará varias décadas. Y durante esa ventana de tiempo, cambiar a gas natural es la forma más eficaz de reducir las emisiones”, explicó Martín Grisolle.
Hunt Oil Perú es una de las mayores productores de gas de ese país, como parte de un consorcio que está trabajando en el gigante proyecto de gas que es Camisea. Entonces es comprensible que Grisolle sea un gran defensor del combustible. “Yo creo que el gas natural es el combustible fósil que ayuda a la humanidad a alejarse de los combustibles fósiles”, dice Grisolle.
“Lo sé. Eso suena raro pero el gas natural es el más limpio de todos los combustibles fósiles y cambiando del carbón o del petróleo a la energía de gas natural podemos hacer masivas reducciones de las emisiones de CO2. No veo ninguna forma de que nosotros podamos pasar, de la noche a la mañana, de un mundo que todavía funciona principalmente con combustibles fósiles para uno que es cero emisiones”, sostuvo Grisolle consultado para Latin American Energy Transition Report.
Pero mientras el gas tiene sus ventajas, el petróleo sigue siendo el la fuente de energía más importante del mundo. De hecho, también tiene otros usos, explicó Ruth Zambrano, Directora General de SLB, una empresa de tecnología global centrada en la transición energética en Perú, Ecuador y Colombia.
“Creo que hay una falta de comprensión en todo el mundo sobre la importancia del petróleo”, dice Zambrano.
“La gente no se da cuenta de que todo, desde la pintura en la pared al plástico en su teléfono, necesita petróleo. Todo lo que consumimos usa petróleo en alguna parte del cadena de valor. Creo que la geopolítica reciente conflicto ha puesto de relieve la importancia importancia de la seguridad energética. Todos hablaban de la transición energética y de repente nos dimos cuenta de que todavía se necesita petróleo y gas. Hemos visto Los países europeos vuelven a centrales eléctricas alimentadas a carbón, a pesar del CO2 que emite, porque la seguridad energética es tan importante como la transición. Cuando las cosas se ponen difíciles, el ser humano hará lo que sea por dos cosas: calentar y comer. En SLB nosotros apoyamos la transición energética y nosotros están trabajando en una cartera de tecnología para ser un actor clave durante este cambio, pero también nos damos cuenta de que tomará décadas porque muchas de estas tecnologías todavía están en la etapa de implementación completa”, explicó Zambrano.
Empresas nacionales
Tradicionalmente, en Latino América, la producción ha estado dominada por su empresas petroleras nacionales. México comenzó la tendencia cuando Lázaro Cárdenas nacionalizó la producción en 1936 y creó Pemex, la compañía nacional de petróleo.
Desde entonces han surgido empresas en todos los principales productores de petróleo y gas de la región: Brasil tiene Petrobras, Argentina tiene YPF, Bolivia tiene YPFB, Venezuela tiene PDVSA, Colombia cuenta con Ecopetrol y Ecuador tiene Petroecuador.
El resultado de estas empresas es mixto. Ecopetrol y Petrobras, ambas cotizadas en NYSE, son las más exitosos y han logrado impulsar a nivel nacional la producción. Ecopetrol también es líder en petróleo limpio y fue uno de los primeros para detener la quema de gas en América Latina.
YPF tiene un historial mixto pero merece crédito por supervisar el desarrollo del enorme depósito de hidrocarburos en el yacimiento Vaca Muerta, en Argentina depósito.
En el otro extremo de la escala PetroEcuador no parece haber aprovechando al máximo los recursos de su país. Mientras, la riqueza de PDVSA, en Venezuela, gestionada políticamente, se ha convertido en un fondo para sobornos a la élite cleptocrática del país, enviando la producción nacional a 300.000 bpd desde los 3,5 millones de bpd que producía en 1998, se analiza en Latin American Energy Transition Report.
En México Pemex tiene éxitos notables en la pasado, pero actualmente carece de la financiación músculo para desarrollar el país los impresionantes depósitos offshore y la producción de petróleo del país ha caído a 1,9 millones de bpd, por debajo de los 3,6 millones bpd hace una década.
Fuente: Latin American Energy Transition Report