120 países ya se comprometieron en convertirse en carbono neutrales, y en su mayoría ya han mostrado avances en estos últimos años. Aunque aún el 81% de la energía en el mundo sigue proviniendo de combustibles fósiles y el consumo de carbón ha crecido sostenidamente un 1,4% cada año en la última década, según la Agencia Internacional de Energía. A pesar de esos datos un claro ejemplo de cambio es que alrededor del 5% de autos producidos en el mundo actual son eléctricos.

Noruega tiene como objetivo llegar a la ansiada neutralidad en el año 2030, Reino Unido y Francia el 2050 y China -el mayor emisor del mundo- hacia el 2060. A su vez 400 ciudades alrededor del planeta ya se comprometieron en alcanzar las cero emisiones hacia 2050, para lo que trabajan en descentralizar sus territorios y en sistemas integrados de transporte eléctrico.

Las instituciones bancarias mundiales y entidades crediticias también están empezando a adherirse al Acuerdo de París que busca frenar el Calentamiento Global. El Banco de Inversiones de Europa decidió dejar de otorgar financiación a proyectos vinculados con el combustible fósil y firmas como la neoyorquina Blackrock están retirando de su cartera las inversiones vinculadas con los hidrocarburos, para enfocarse en el cambio climático.

En 2020, el 80% de los generadores de energía que se instalaron en el mundo fueron de fuentes renovables. Desde 2010, la capacidad instalada de energía solar en el mundo creció siete veces, la eólica -por su parte- se triplicó, y todo esto abarató los costos de generación en muchas regiones, Según la Agencia Internacional de Energías Renovables.En el mundo, las mil empresas más grandes están decididas a recortar su emisión de gases del efecto invernadero, un tercio de ellas emiten el mismo carbono que todo un país del tamaño de Francia, por lo que empresas como Apple o Nestlé están avanzando hoy mismo en compensarlo y volverse neutrales.

La hidroelectricidad es actualmente la tecnología más competitiva, el 25% del presupuesto en obras está destinado al equipamiento electromecánico, mientras que el 75% lo ocupa la obra civil, por lo que se requiere de gestiones transparentes en los procesos licitatorios y de contratación.

En Misiones por ejemplo buena parte de la energía eléctrica proviene del consumo de derivados del petróleo y se vuelve necesario rediseñar la matriz energética que tiene la provincia, ya que se estima que la capacidad actual será superada en el año 2027 esto implica una urgente necesidad de la misma se sume al cambio. Hoy por hoy, ha tomado más fuerza la biomasa, ya que es más amable con el medioambiente que las fuentes predominantes. También  reduce la emisión de gases de efecto invernadero y acompaña un desarrollo sostenible aprovechando los bosques de cultivo que utiliza la industria forestal y sus residuos, fomentando también una economía circular en la provincia. “Una matriz energética adecuada, sumado a una reducción de tasas y a la eliminación de impuestos puntuales, puede impulsar definitivamente a la forestoindustria misionera” aseguran fuentes del sector.

Si bien durante la llamada Década de acción todos los desarrollos que se lleven a cabo son claves es prioritario atender el acceso a una energía accesible, segura, asequible y sustentable de manera rápida y de forma que sea lo más abarcativa posible para toda la provincia y en el proceso limitar el calentamiento global. Para dicha misión es necesario que se empiece a considerar el abastecimiento de energía limpia y de calidad para todos, y que dicha provincia pueda impulsarse para lograr el mayor progreso posible en aquella materia. Misiones, nunca mejor puesto el nombre, deberá encomendarse y trabajar duro para sumarse a la iniciativa y porque no el futuro ser un ejemplo de provincia que cambió radicalmente de fuentes de energía.