La empresa española quiere contar con los fondos europeos para la recuperación de la pandemia para realizar sus proyectos de biocombustible y hidrógeno verde a partir de fuentes renovables, alegando quedaría energía a cambio con emisiones bajas.

Respondiendo a los daños causados por la pandemia de COVID-19, España e Italia, que recibirán la mayor parte de los 750.000 millones de euros (884.000 millones de dólares) que la UE destinará a la recuperación, han invitado a las empresas a proponer proyectos que puedan ayudar a sus economías a desprenderse del carbono. Repsol ha presentado 30 proyectos que conllevaran una inversión total de 5.960 millones de euros. Entre ellos figura una planta que se hallaría en el norte de España en colaboración con Saudi Aramco, que producirá combustible sintético para coches camiones y aviones usando el dióxido de carbono capturado en una refinería cercana, y el hidrógeno producido a partir de electricidad generada por fuentes de energía renovables.

También se ha incluido entre las propuestas la ampliación prevista de una central hidroeléctrica en la región norteña de Cantabria. Repsol calcula que añadir un gigavatio de capacidad a esa instalación hidroeléctrica costará 700 millones de euros.

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, dijo el viernes durante una junta de accionistas que las refinerías del centro y el este de España ya se están preparando y produciendo este tipo de biocombustibles sostenibles. Las empresas petroleras y de gas de toda Europa, incluidos los grandes grupos BP, Total y Shell, se han comprometido a adaptar sus negocios a partir de la presión estatal y de los inversores para reducir las emisiones de carbono.