Una charla sobre el camino hacia la transición energética en Argentina
Estuvo encabezada por funcionarios del Ministerio de Ciencia, quienes reflexionaron sobre el futuro del sector energético, en el marco del ciclo de conferencias organizado por el INAP.
El Secretario de Planeamiento y Políticas en CTI del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, Diego Hurtado, y la Subsecretaria de Políticas en CTI, Cecilia Sleiman, brindaron una conferencia virtual sobre transición energética en el marco del ciclo de conferencias organizado por el Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP). La conferencia, dirigida al personal del sector público nacional y público en general interesado en la temática, estuvo moderada por el Director Institucional del INAP, Leandro Bottinelli, y se transmitió en vivo por el canal de YouTube del Instituto.
El objetivo del encuentro fue que los participantes logren reconocer las misiones que componen el Desafío Nacional vinculado a la transición energética dentro del Plan Nacional de CTI al 2030, así como sus principales estrategias de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i).
Hurtado hizo una introducción para explicar cómo se piensa a la transición energética desde el Ministerio, siendo uno de los 10 Grandes Desafíos Nacionales identificados dentro del Plan Nacional de CTI 2030.
“Desde hace algunos años el cambio climático empezó a funcionar en el imaginario del capitalismo global como catalizador para recuperar la dinámica de la economía global tras las múltiples crisis que atraviesa el sistema (financiera, climática, sanitaria, etc.). Allí se empieza a hablar de una revolución industrial verde”, explicó Hurtado.
Para el secretario llevar la matriz energética mundial desde los hidrocarburos a las energías renovables y a la energía nuclear supone la apertura de un nicho de nuevos negocios donde son puestas las expectativas de recuperación o rejuvenecimiento del sistema. Pero en esta transición los países en desarrollo solo recibirían financiamiento para ser consumidores de las tecnologías desarrolladas por los países del mundo avanzado.
“Un lugar común dice que las revoluciones tecnológicas abren a los países de la región ´ventanas de oportunidad´. La historia enseña lo contrario. Las revoluciones tecnológicas tienden a restringir sus opciones y nuestros países son necesarios como escala de mercado, como consumidores de los nuevos productos. La ventana de oportunidad no viene dada, es una opción geopolítica que nuestro país tiene que poder construir. La ciencia y la tecnología tienen que acompañar esta oportunidad para industrializar y ganar capacidades para nuestro país”, precisó el funcionario.
Por otro lado, Hurtado mencionó que la transición energética como ventana de oportunidad supone cambios no solo tecnológicos sino también institucionales, organizacionales, empresariales y culturales; y una política exterior enfocada en la defensa de los objetivos estratégicos, que son percibidos como desestabilizadores en la arena internacional. Es decir, la política exterior debe estar dispuesta a confrontar.
En ese sentido, tuvo lugar la pregunta si el Estado argentino tiene las capacidades de liderazgo, coordinación, generación de incentivos y disciplinamiento para afrontar la dimensión del cambio institucional y sus complejidades para acompañar la transición energética. Para Hurtado estas capacidades existen, aunque se deben potenciar, y se sintetizan en el término Estado inteligente. “Necesitamos un Estado enfocado en las agendas de desarrollo, enfocado en la propuesta de país que se codifica en las políticas públicas. Por eso esperamos que el Congreso de la Nación apruebe el Plan Nacional de CTI y obtenga el status de ley para que las políticas de ciencia y tecnología sean políticas de Estado».
En ese contexto la transición energética aparece como una agenda estratégica nacional que intentamos impulsar a partir de un proyecto de país en el que tienen que converger una política industrial con una política energética y una política de ciencia y tecnología”, reflexionó el secretario.
Hurtado finalizó su exposición con un ejemplo sobre cómo podría desarrollarse el sector de las energías renovables tomando como modelo la trayectoria del sector nuclear en Argentina, el cual evolucionó desde la creación de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) a un ecosistema integrado por organismos públicos, empresas privadas y mixtas que se conectan con diversas cadenas de valor, institutos y autoridades regulatorias a nivel nacional e internacional.
A su turno, Sleiman resumió los principales aspectos del Desafío Nacional sobre transición energética incluido en el Plan Nacional de CTI 2030, cuyo objetivo es avanzar en un proceso de cambio estructural de la matriz energética.
“La transición energética debe ser palanca de industrialización liderada por el Estado y movilizar la asociatividad público-privada, el enraizamiento del sector de ciencia, tecnología e innovación en las actividades productivas y la inversión privada en la generación de capacidades tecnológicas”, explicó la subsecretaria. En ese contexto, agregó que “las actividades de I+D+i pueden cumplir un papel crucial asumiendo como guías las misiones definidas por la tríada conformada por el desarrollo de capacidades nacionales, las transformaciones en los usos finales de la energía y las mejoras de eficiencia”.
Luego, Sleiman detalló las cinco misiones planteadas en el Plan para este Desafío y sus estrategias de intervención de I+D+i, que se sintetizan en:
Misión 1: alcanzar el autoabastecimiento y potenciar de manera sostenible la capacidad exportadora en gas y petróleo.
Misión 2: el desarrollo y escalamiento de tecnologías basadas en fuentes renovables para la transición energética.
Misión 3: transformaciones en los usos finales de la energía.
Misión 4: reducción de la intensidad energética.
Misión 5: investigación y desarrollo en energía nuclear.