Cambio climático: la generación de las hidroeléctricas subió un 50 % en un año
El cambio climático es una realidad indiscutible y tiene un impacto directo no solo en la población que sufre los embates de fenómenos extremos, como se vio en estos días en la zona de Neuquén y Río Negro con las violentas crecidas de los ríos.
También hay un impacto en el otro extremo, en la generación hidroeléctrica, que tras más de una década de sequía en la que la energía de los ríos se desplomó, ahora aumentó su aporte energético en un 50% por estos fenómenos climáticos.
El complejo hidroeléctrico argentino es más que importante. Tradicionalmente aportó cerca de un tercio de la energía eléctrica del país, pero con las grandes sequías de los últimos años su generación había caído, forzando a ser reemplazada con fuentes más contaminantes como la generación térmica a partir de gasoil o incluso carbón.
La región del Comahue es el segundo gran motor de la energía hidroeléctrica del país, detrás de los enormes complejos binacionales del Litoral.
Seis son las represas que están montadas sobre los ríos Neuquén y Limay, que no solo están en medio de la tormenta por su destino luego del vencimiento de las concesiones dadas en los 90´s, sino que también están en el medio de una serie de tormentas, literalmente hablando.
Desde junio, el cambio en las condiciones meteorológicas generado por el paso de un período de Niña a Niño, que en el hemisferio norte se ha visto traducido en brutales olas de calor, en la región viene generando fuertes tormentas de lluvia y nieve.
Las crecidas de los ríos son un problema para muchas localidades pero una buena noticia para la generación eléctrica.
En las localidades afectadas las lluvias ha generado estragos, desde comunas que han visto el 80% de sus casas inundadas, a caminos cortados y puentes arrastrados por la fuerza de los ríos.
Pero ese mayor aporte de agua es una buena noticia para la generación hidroeléctrica que se disparó y en julio mostró que aumentó su aporte en un 50% en comparación con el mismo mes del año pasado.
Concretamente, en julio del año pasado la generación neta de todas las presas del país llegó a los 2.474 GWh, mientras que el mes pasado el aporte de las mismas centrales sumó 3.712 GWh, un 50,5% más.
En el país hay 10 grandes centrales hidroeléctricas: 6 en el Comahue, 3 en el Litoral y Futaleufú en Santa Cruz.
De este total de complejos, las 6 represas que comparten Río Negro y Neuquén fueron las que mostraron este salto marcado en sus caudales, embalses y generación, al punto que en un caso las turbinas trabajaron un 1847% más que el año pasado.
Las represas del Comahue
Alicurá es la primera represa sobre el río Limay, a unos 100 kilómetros de Bariloche. El complejo pasó de aportar 103 GWh en julio del año pasado, a 281 GWh el mes pasado. Un salto del 171,5%.
Piedra del Águila es la siguiente represa, que además recibe el agua que llega del principal afluente del Limay, el río Collón Curá que trae el agua de la zona cordillerana de Neuquén. Este complejo pasó de generar 254 GWh el año pasado, a 581 en julio, es decir que su aporte trepó un 129,2%.
A continuación, por el curso del río Limay está el compensador Pichi Picún Leufú, que pasó de 59 GWh a 121 GWh, elevando su aporte un 105,2%.
Así se llega a El Chocón y su compensador Arroyito. En el primer caso pasó de turbinar 62 a 189 GWh, un alza del 202,6%. Mientras que Arroyito pasó de 19 a 51 GWh, trepando un 165,6%.
Estos últimos dos complejos han sido los principales responsables de embalsar buena parte de las crecidas en el colosal lago artificial Exequiel Ramos Mexia, y de erogar con gran cuidado desde Arroyito, ya que aguas abajo solo hay poblaciones.
Sobre el río Neuquén está la última de las 6 centrales hidroeléctricas de la zona, el complejo Planicie Banderita que este invierno está teniendo la difícil tarea de contener las brutales crecidas que ha registrado el río Neuquén y por eso disparó su generación de forma forzada, para evitar colapsos en los embalses.
Es por esto que es el complejo que más variaciones mostró, ya que pasó de generar 13 GWh en julio del 2022, a los 254 GWh que aportó el mes pasado. Un crecimiento en su turbinado y erogación de nada menos que 1.847,1%.
Estos complejos son los que impulsaron el alza general del sector hidroeléctrico hasta el 50%, ya que tanto Río Grande como Salto Grande bajaron sus aportes en un 35 y 18%, respectivamente. Mientras que las turbinas de Yacyretá también han marcado un mayor paso de agua, elevando un 33,1% su generación.
Más energía de los ríos al sistema nacional
El mayor aporte de energía hidroeléctrica no pasó inadvertido en el balance final del país que logró contar tras mucho tiempo con un 30% de su energía eléctrica proveniente de estas fuentes.
Este mayor aporte, permitió que el otro gran foco de la energía del país como es la generación térmica, redujera su peso, abaratando el costo de generación y además haciéndola más limpia.
El balance de julio realizado por la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) dio cuenta de que la generación térmica redujo su peso un 12,3% en términos interanuales; la nuclear también tuvo un menor aporte por los trabajos de mantenimiento y bajó un 4,8%; en tanto que las energías renovables no tuvieron su mejor mes y también bajaron un 7,3%.
La única fuente de energía que subió en julio fue la hidroeléctrica, que traccionó con tanta fuerza que hizo elevar el total de aportes del país en un 1,5%.
En el balance de los primeros 7 meses del año, la generación hidroeléctrica ha aportado 18.036 GWh, un 27% más que los 14.169 GWh que se habían sumado en el mismo período del año pasado, mostrando que el aceleramiento se ha dado en el último mes, en línea con las fuertes tormentas.
A la espera de Chihuido
Sin embargo, así como las tormentas que se han desatado en los últimos meses sirvieron para que los escuálidos embalses de las represas recuperaran su tamaño, la erogación forzada, como se vio en especial desde Planicie Banderita por las crecidas, es una señal de alerta que está encendida desde hace décadas pero cobra ahora más peso.
Desde 2014 está licitada la obra de la represa Chihuido 1, aguas arriba de Planicie Banderita, sobre el mismo río Neuquén.
La gran crecida de junio mostró que una localidad como Sauzal Bonito padeció una inundación en el 80% de sus casas que podría haberse evitado si se hubiera construido la represa que se licitó hace 9 años pero aún no tiene definido su financiamiento.
Y todo esto sucedió en los pocos meses de paso del fenómeno de la Niña al Niño, solo el tiempo dirá hasta dónde el cambio climático será un beneficio para la generación eléctrica o un dolor de cabeza mayúsculo para las poblaciones afectadas que desde hace décadas esperan no por más hidroeléctricas, sino por represas que las protejan.
Fuente: Redacción