Cuánto hay que invertir para ahorrar hasta el 100% de la factura de luz y evitar cortes
La adopción de energías alternativas hoy es una opción de uso residencial no solo por su impacto ambiental sino también económico.
La adopción de energías alternativas ya dejó de ser una alternativa reservada solamente para emprendimientos industriales y agropecuarios, para pasar a formar parte de opciones de uso residencial, tanto para viviendas individuales como para condominios y edificios, no solo por su impacto ambiental sino también económico en las facturas de luz, a raíz de las bajas de costos de producción e instalación.
La producción en alta escala de paneles solares que comenzó a llevar a cabo China a principios del siglo XXI incidió en una baja en los costos de producción, al punto ser diez veces menor a los de una década y convertir a esta modalidad en la primera inversión energética en el mundo a partir del año pasado, superando al petróleo, el gas y el carbón.
Esas políticas globales se traducen en ejemplos prácticos en muchos países y en la Argentina ya se cuenta con empresas que llevan adelante las tareas de instalación y mantenimiento para hacer realidad «un sistema eléctrico más limpio, más barato y más democrático», según la caracterización del director de Coral Energía y coordinador del Comité de Energía Solar Fotovoltaica de Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER).
La energía solar es «democrática»
Calificar como «democrática» a la energía solar apunta precisamente a su facilidad para ser utilizada a escala residencial o comunitaria, a diferencia las modalidades tradicionales como la térmica, hidroeléctrica o nuclear, reservadas a grandes inversiones públicas, privadas o mixtas.
Y a partir de la baja de costos, también es barata y mucho más conveniente que antes del inicio de la política de reducción de subsidios: «Cuando terminen de normalizarse las tarifas en los próximos meses, y con los matices que haya entre provincia y provincia, todas las aplicaciones domésticas de generación distribuida se van a amortizar en alrededor de cinco años», indicó al respecto Álvarez a iProfesional.
Álvarez agregó un dato que deja en evidencia la importancia que cobró la energía solar en función de los nuevos cuadros tarifarios, al señalar que «antes de la quita de subsidios, en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano la amortización era de más de 20 años, hoy está en un nivel intermedio y cuando finalice el proceso de quita, estaremos en los cinco años señalados».
A la espera de ese momento, Martín Orlando, fundador y director de Terba Energý, aseguró a iProfesional que no solo es posible reducir gastos sino incluso «ahorrar la totalidad de la factura de luz y, adicionalmente, evitar todos los problemas de cortes y de tensión de la red»
«Eso se logra, por un lado, con los paneles solares que van a determinar la cantidad de energía que se produce por mes y por ende, el ahorro que se genera. Y paralelamente, la cantidad de baterías va a determinar el tiempo en que se puede ‘esquivar’ un corte de luz», añadió, además de subrayar que «es mucho más accesible de lo que se cree en general».
Al respecto, indicó que los equipos tienen valores a partir de $2,5 millones y con su uso «una familia estaría ahorrando entre $50.000 y $100.000 por mes en la factura de electricidad; es decir que la inversión se puede recuperar en dos o cuatro años».
Para Pablo De Benedictis, de la proveedora de equipos solares platense Good Energy, «la energía solar puede ayudar significativamente a reducir los gastos cotidianos en electricidad y gas natural». Con un sistema de paneles solares y baterías de litio, respectivamente con vidas útiles de 25 y 10 años, el sistema es automatizado y programable, además de contar con la capacidad de que el usuario puede monitorearlo desde su teléfono celular.
«Los paneles solares son adecuados para casas individuales donde se pueden instalar en los techos», subrayó De Benedictis, quien además señalo que «en el caso de edificios, PHs y countries, se pueden realizar instalaciones en espacios comunes, previo acuerdo con el consorcio o administración».
Pero también existe la posibilidad de «realizar instalaciones en edificios, colocando los paneles en los balcones de los departamentos», o bien en «áreas comunes o termotanques solares para abastecer de agua caliente a todo un edificio», puntualizó.
Surgida hace cinco años en Neuquén y originalmente orientada al abastecimiento de los campamentos petroleros de la Patagonia, Terba Energy cuenta en la actualidad con veinte empleados y desde su radicación en Buenos Aires se volcó a «la atención de necesidades urbanas y extraurbanas, tanto del agro como de clientes industriales y de barrios residenciales», destacó Orlando.
Las ventajas del servicio son sintetizadas en la web de la empresa, donde se aclara que «la energía generada no pasa por el medidor, por lo que al fin de mes no la pagás» y en caso de haber un excedente «es usado tanto para cargar las baterías como para venderlo en la red».
Orlando remarcó que, a pesar de la gratuidad del servicio, «a las distribuidoras les conviene, porque hoy tienen un problema muy serio de falta de potencia en las líneas, generalmente abarrotadas, por falta de inversión. Esto les permite disminuir la carga que soporta cada una de las redes y adicionalmente, todo el extra de energía que producen las casas».
En ese sentido, puntualizó que no se está refiriendo a una posibilidad futura, sino que «es algo real que ya sucede» y en el caso de abastecimiento de energía a edificios de departamentos, citó el caso de uno del barrio de Palermo, ubicado en Paraguay al 3.300, otro de 120 unidades en Ciudadela.
La incorporación de iniciativas renovables a escala domiciliaria se suma a los emprendimientos que ya representan más del 15% de la matriz energética nacional. Si se les suman las centrales hidroeléctricas, se acercan al 45% del total y, en un futuro cercano, convertirá a la suma de obras solares, eólicas, hídricas y de biomasa en la principal fuente de generación.
Fuente: Iprofesional