Las represas de Santa Cruz enfrentan una situación crítica
Este escenario mantiene al gobierno de Javier Milei en una encrucijada: decidir entre suspender indefinidamente las obras o entablar conversaciones con el Gobierno de Xi Jinping y los bancos chinos para actualizar los contratos y establecer un nuevo calendario de desembolsos que permita reanudar los trabajos.
Las represas fueron pensadas en los años 50, y se pusieron en marcha oficialmente en 2008, aunque su construcción no se inició sino hasta 2015. Desde ese momento hasta ahora, una serie de obstáculos han interrumpido el avance de las obras. Las obras están a cargo de la Unión Transitoria de Empresas (UTE), compuesta por las nacionales Eling Energía e Hidrocuyo y la empresa China Gezhouba Group Corporation (CGGC)
Con el advenimiento del gobierno de La Libertad Avanza, se abre una encrucijada, dada las políticas de ajuste fiscal que plantea cumplir a partir de este 2024. Si elije incluir a las represas patagónicas «Néstor Kirchner y Jorge Cepernic», en su lista de recortes, se enfrentaría a la necesidad de hacer frente a la devolución anticipada y al pago de las penalidades asociadas al crédito chino destinado a la construcción del complejo hidroeléctrico. De la financiación total de US$ 4.700 millones acordada, los bancos ICBC, China Development Bank Corporation (CDBC) y Bank of China Limited (BOC) han desembolsado aproximadamente u$s1.850 millones desde 2015 hasta la fecha para la realización de las obras y la fabricación de turbinas.
En cambio, si Milei opta por regulrizar la situación mediante acuerdos con el Gobierno y las entidades bancarias chinas, los fondos en juego podrían nuevamente estar disponibles para reactivar las obras, con la posibilidad de recibir una asistencia de u$s500 millones durante al menos un año, sin que la Casa Rosada tenga la obligación de aportar fondos durante ese periodo.
De ese total, u$s200 millones se destinarían a poner nuevamente en marcha las obras y los restantes u$s300 millones irían a parar a la caja de Gezhuoba para devolverle los fondos propios que puso durante la pandemia para el pago de sueldos, las redeterminaciones de precios por inflación y los mayores gastos derivados de las obras adicionales para superar la falla geológica de la represa Néstor Kirchner/Cóndor Cliff.
Reuniones y compromisos
En la primera semana de enero, Zhang Jun (el CEO de Gezhuoba que controla el grupo constructor de las usinas asociado con la local Electroingeniería) se reunió con el gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, y el vicepresidente de Eling (antes Electroingeniería) Carlos Bergoglio, la socia argentina a cargo de las obras civiles En la reunión extendieron la preocupación de China por la paralización de las obras. Especialmente señalaron su preocupación en relación con la incertidumbre sobre quién liderará ENARSA y cómo se financiarán las represas.
Hasta el momento, no se ha llevado a cabo una reunión entre Gezhouba y ENARSA. Fuentes gubernamentales señalaron a TiempoSur que “el gobierno de Claudio Vidal está plenamente comprometido en gestionar la reunión y mantiene constantes conversaciones con las autoridades de ENARSA, aunque las herramientas disponibles para el gobierno provincial son limitadas”.
En concreto, para reactivar las obras, el Gobierno debe actualizar dos contratos pendientes de las administraciones de Macri y Fernández. El «Contrato Principal de Financiamiento» con los bancos chinos necesita ser ratificado tras la reformulación del proyecto en la gestión macrista. Además, el contrato de «Construcción» suscrito por De Vido y la UTE Gezhouba-Electroingeniería requiere la aprobación de la «Addenda 12» de 2021, que incluye ajustes por una falla, gastos improductivos y una falla geológica detectada en 2019 en la represa Néstor Kirchner. Se trata de una fisura en el suelo en la ubicación planificada para la represa, a 120 kilómetros de El Calafate. Motivo por el cual se detuvo el progreso de las obras en este sitio.
Más allá de los contratos y los montos en juego, las usinas que tendrían que haber estado terminadas y en servicio hace tres años muestran un desparejo grado de avance. La represa Jorge Cepernic/La Barrancosa tiene un 42% de las obras civiles realizadas con dos de sus tres turbinas en el país para ser instaladas. En cambio, la Néstor Kirchner/Cóndor Cliff solo está construida en un 18% y aún no tiene ninguna de sus cinco turbinas fabricadas.
De las 3.000 personas contratadas que tiene la UTE encabezada por Gezhouoba, 2.100 permanecen en sus domicilios y cobran solo el 60% de sus salarios. Los 900 trabajadores restantes desempeñan tareas de mantenimiento y control de los obradores con sueldos de convenio, sin extras, ni adicionales, que vienen pagando a medias entre el consorcio y Enarsa. China aguarda ahora un gesto del ministro de Economía, Luis Caputo para activar el desembolso.
Fuente: Patagonia Nexo